Territorio y marginaciones sociales: una relación compleja y estratégica.

Las desigualdades en la producción, distribución, acceso y control del espacio son causa y consecuencia de la existencia y reproducción de la marginalidad social, económica, cultural y política. Tiene muchos rostros y diversas variantes la marginalidad… rostros que arrastran nombres, identidades y sentires, entretejiéndolos en el deterioro de las condiciones de ingreso, trabajo, educación, salud, vivienda y hábitat, en la reproducción de jerarquías basadas en el género, en la desarticulación simbólica de la memoria y la temporalidad histórica como hilo conductor de las vidas cotidianas de una miríada de sectores sociales afectados por estos procesos.

Las transformaciones territoriales no son sólo escenario, sino sobre todo medio privilegiado de su producción activa.  Ejemplos de estos días (y décadas): la  expulsión de población rural de sus tierras por avance de cultivos de alta rentabilidad, la degradación del medio ambiente rural y urbano que acompaña estos procesos, las migraciones forzosas (con el trauma silencioso, “privado” y poco “heroico” del exilio económico), la expulsión de la población urbana a localizaciones cada vez peores, presionados por la ley de hierro de la liberalización del suelo urbano, la especulación del mercado inmobiliario y la falta de opciones de políticas. El desarraigo resultante y el desconocimiento de los derechos de estos sectores, incluido el de la preexistencia de las comunidades aborígenes,  algunas que, ahora mismo, están muriendo a la vera vista de la frontera sojera (y nuestra pequeña impotencia).

En esta Argentina desigual, una misma forma de marginación, gestada a lo largo de varias décadas de desarrollo capitalista neoliberal, puede manifestar diferentes expresiones, causas y consecuencias, moldeadas en cada particular localización territorial. Cada lugar, cada ámbito, cada territorio, implica una específica estructura social y particulares relaciones de poder espacializadas.

El territorio entonces, expresa una construcción social activa y compleja. El territorio- urbano, rural o “rur-urbano”- ancla indefectiblemente la vida cotidiana de las poblaciones en campos de conflictos en los que poderosos jugadores compiten para lograr mayores ganancias mientras que aquellos que tienen menor poder, usan el mismo espacio para sobrevivir e intentar reproducir sus familias y a veces, en ciertos momentos de la Historia, para resistir,  desafiar y proponer otro orden de cosas.

 

Por ello el territorio es también sitio de batalla de la lucha de clases y una incubadora de problemas sociales y políticos que generan movimientos sociopolíticos. El territorio, entonces, ofrece y genera limitaciones, pero también posibilidades para cada actor, individual o colectivo que, con su capital social, económico y cultural despliega su accionar en el ámbito socioespacial donde vive, trabaja, estudia, milita políticamente, proyecta y sueña…

El territorio también es medio para la construcción social, defensa u olvido de derechos. Su estado de la cuestión expresa las condiciones históricas de reproducción de los sectores sociales sometidos en procesos de marginación. Muchos parecieran no tener consecuencias prácticas, pero están ahí y son cíclicamente activados por los actores y movimientos de base territorial: el derecho a la vivienda digna y adecuada, el derecho a la ciudad, el derecho a la tierra para los productores con un modelo ecológicamente sustentable, el derecho a disponer del agua, el derecho a la tierra de las comunidades originarias, el derecho a desplazarse libremente…

El territorio plantea, en síntesis, el vínculo nodal entre recursos naturales, pobreza, marginalidad, exclusión y trabajo.

Por ello es en el territorio, finalmente, donde se manifiestan las condiciones de producción, apropiación y resignificación que hacen a las posibilidades de reversión socio política de los procesos que han configurado y configuran el mapa complejo de las marginaciones sociales:  manifestaciones “naturales” (accesibilidad a los recursos estratégicos: agua, fuentes de energía, entre otros),  materiales (equipamiento, infraestructuras para diversos usos y necesidades sociales: habitacionales, productivas, de servicios, recreativas, entre otras), simbólicas (símbolos, leyes, discursos) y de representación (mapas, gráficos).

El estudio y la investigación desde una perspectiva pluralista, interdisciplinaria y que aborde la complejidad, la construcción de objetos que incorporen las perspectiva de los actores sociales afectados como parte activa de las búsquedas de “soluciones”, y la capacidad de formular propuestas factibles para aportar a la reversión de problemas concretos, hacen al desafío de la investigación promovida por la Universidad Pública  en este campo para superar la pobreza, contra la exclusión y por la igualdad de condiciones y derechos.

Dra. María Carla Rodríguez
Investigadora Conicet
Instituto de Investigaciones Gino Germani – FSOC-UBA

2 Respuestas to “Territorio y marginaciones sociales: una relación compleja y estratégica.”


  1. 1 Martín julio 3, 2008 a las 1:31 pm

    Esto es muy interesante. Me he leido todo el blog y espero las actualizaciones con ansias.

  2. 2 Enriqueta febrero 2, 2009 a las 11:00 pm

    El tema de la territorialidad en la lucha de clases me interesa, no sólo en lo que atañe a los pueblos originarios sino porque considero, como tengo entendido que sucede en Brasil, que los «sin tierra» somos todos los asalariados que carecemos de territorio. El territorio no sólo como escenario sino como espacio de producción y reproducción sociocultural.
    Hace un rato entré en el blog y seguiré haciéndolo.


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